Descubriendo los escenarios de El Rey León

Todos los niños sueñan con ser exploradores y ver en libertad animales salvajes. Un safari en África les dará la oportunidad de disfrutar y aprender de la naturaleza, a la vez que se acercan a otras culturas, como los masai. Tanto Tanzania como Kenia son destinos seguros y cuentan con lodges adaptados a la estancia de niños, con la posibilidad de ofrecer dietas especiales e instalaciones especiales como piscinas para acabar un caluroso día en remojo…

Un safari privado, con guía propio, será una aventura inigualable para vivir en familia: los padres tendrán la oportunidad de compartir momentos muy intensos con sus hijos, desde la inmensa alegría de ver animales que solo existían en documentales y películas de Disney, a la emoción y pena al presenciar la inexorabilidad del ciclo de la vida.

Antes de partir, tan importante como concertar el safari y preparar el equipaje, será disfrutar en familia de películas, canciones y cuentos para ir acercándose juntos al continente. Los niños quedarán encantados al comprobar que los nombres africanos de los animales de su cuaderno de viaje les suenan conocidos, pues muchos de los nombres de los personajes de El Rey León están en swahili. Para ellos será un juego ver que, en swahili, los leones se llaman simba, como el pequeño protagonista de la película, o que, si saben el nombre del viejo mandril de la película, Rafiki, ya sabrán decir “amigo” en ese idioma.

El equipo de dibujantes de El Rey León fue de expedición durante quince días a Kenia para realizar los bocetos preparatorios de la película, que está ambientada en un lugar indeterminado de la sabana africana. Sólo en los primeros segundos de la película, mientras comienzan a sonar los primeros acordes de la canción El ciclo de la vida y con el imponente Kilimanjaro de fondo, pueden verse decenas de especies animales, todos ellos oyen la llamada para la presentación del pequeño Simba: un rinoceronte y un par de antílopes levantan la vista al cielo, mientras los graciosos suricatas se alzan alerta y un guepardo otea el horizonte. El plano se abre: los flamencos sobrevuelan el dorado cielo de la sabana, que recorren  imponentes elefantes, majestuosas jirafas… Todos acuden a la llamada, ha nacido del hijo del rey de la selva:

No solo la fauna y flora se ven reflejadas de manera excepcional en la película, también todos los momentos del día, espectaculares amaneceres rosados y anocheceres rojos que la familia podrá disfrutar en vivo cuando lleguen a Tanzania.

 

Otras películas y cuentos

Además de esta película y sus secuelas, siempre vale la pena volver a disfrutar de Tarzán, que también cuenta con una versión animada de Disney. Una opción diferente es Kirikou y la bruja, de Michel Ocelot, un director de cine francés que vivió su primera infancia en Guinea. La estética de este precioso filme está inspirada en el arte pictórico de África Occidental, nada que ver con el 3D hiperrealista que domina actualmente las pantallas. La historia iniciática del pequeño Kirikou, que debe enfrentarse a una malvada bruja para salvar su pueblo, emocionará a toda la familia. Youssou N’Dour compone la música, interpretada con instrumentos tradicionales, como la kora o los djembé.

La editorial Kókinos, especializada en álbumes ilustrados, ha publicado el libro de esta película y una segunda parte, Kirikou y las bestias salvajes. Y con otro cuento para los más pequeños de la casa toda la familia podrá prepararse para el safari: Todos juntos vamos de safari, de Laurie Krebs y Julia Cairns, un libro en el que los niños empezarán a disfrutar los colores de la sabana, aprenderán a contar en swahili y descubrirán los animales de África.

Con todo esto los niños podrán hacerse una idea de todo lo que van a poder descubrir en su safari por África. Y van a ir muy concienciados a vivir una experiencia que difícilmente olvidarán. Por pequeños que sean siempre les quedará grabada en la mente la visión en primera persona  de leones y cebras… que recuerdan mucho a las de El Rey León y los cuentos, sí, pero con la luz, el aire y la tierra de África bajo los pies resultan mucho más espectaculares.